COVID-19: los encierros matan
Oponerse a los encierros no es anteponer la economía a las personas, sino negarse a sacrificar unas vidas por otras. Los encierros matan.
En la categoría AMBIENTE de nuestro blog tratamos temas relacionados con el medioambiente.
Junto con la dietética, es uno de los pilares más importantes de una vida saludable.
El ambiente se ha deteriorado hasta tal punto que afecta decisivamente a la calidad de nuestras vidas.
En las últimas décadas han surgido factores como la contaminación del aire, de la tierra y del mar; tóxicos alimentarios, metales pesados, disruptores endocrinos, etc., que han convertido nuestro planeta en un lugar inhóspito donde cada vez es más difícil vivir saludablemente, especialmente para los niños.
La contaminación industrial, el hacinamiento en las ciudades y el tráfico automovilístico, la basura y las alteraciones del clima son también factores que deberían ser abordados con ciencia y conciencia antes de que sea demasiado tarde para las generaciones futuras.
Conocer estos factores y actuar en consecuencia -para proteger nuestra salud y la de nuestros hijos- es una de los objetivos básicos de la medicina ambiental.
Oponerse a los encierros no es anteponer la economía a las personas, sino negarse a sacrificar unas vidas por otras. Los encierros matan.
La nueva crisis de salud pública, provocada por el destructivo e inútil régimen de encierros, superará con mucho a la mortalidad por COVID-19.
Quienes piden continuar con el bloqueo casi total, ignoran cinco hechos claves. Es hora de abandonar las hipótesis. Los hechos importan.
Con frecuencia la gripe colapsa hospitales. Pero, a diferencia con COVID, a nadie se le ocurrió destruir la economía e implantar un estado policial.
¿Será la «nueva normalidad» una forma de vida basada en el miedo, la sospecha y la sumisión al poder? Todo indica que sí.
El encierro y la «nueva normalidad» no matarán el virus, parte del ecosistema de la vida; matarán la libertad y los afectos naturales de la gente.
Entre el pánico, la incompetencia y los datos sin sentido que arroja la PCR, se ha creado la chapuza perfecta. Un gasto inútil más.
COVID-19 provoca poca mortalidad entre los profesionales sanitarios comparada con la de los demás adultos en edad de trabajar.
No proteger a los ancianos, cerrar escuelas y confinar a niños, fueron las acciones más irresponsables, destructivas y brutales del gobierno de España.
Miles de millones de personas se ven obligadas, paso a paso, a adoptar una forma de vida radicalmente diferente: medicalizada, subvencionada y sin libertad.
Del 75 al 90% de los infectados por coronavirus no tienen síntomas. Encerrar a la gente en casa es estúpido, porque es más seguro andar por la calle.
Los españoles cooperan con su gobierno, que los mantiene secuestrados, como corderos que van al matadero. Violencia consentida, sumisión cómplice.
Mientras en España todo se espera «de arriba», en Suiza se confía en que la responsabilidad individual conducirá a la responsabilidad colectiva.
Amamos al Gran Hermano. Argumento en contra del cierre del país, y algunos escuchan; pero es como si leyera poemas en ruso a una audiencia de koalas.