Los médicos y la nutrición
Hay una gran falta de conocimiento y comprensión de la evidencia sobre el impacto de la nutrición y la actividad física en la salud entre la mayoría de los médicos.
Hay una gran falta de conocimiento y comprensión de la evidencia sobre el impacto de la nutrición y la actividad física en la salud entre la mayoría de los médicos.
Uno de cada cuatro alimentos de origen animal, como leche, huevos, carne, procede de animales enfermos. Exijamos buen trato a los animales y al consumidor.
Una propuesta de la CE al servicio de la industria pretendía elevar el contenido de azúcares de los alimentos infantiles para bebés de menos de 6 meses.
Estudiantes de la Universidad de Maryland han logrado hacer volar durante 9 segundos un helicóptero tripulado con el uso exclusivo de la energía solar.
La toma de decisiones sobre qué tipo de alimentos y en qué condiciones se producen se encuentra en los oligopolios, cada vez más lejos de los ciudadanos.
Las algas son ricas en fibra y proteínas y bajas en calorías. Contienen minerales como hierro y calcio, ácidos grasos omega 3 y 6, y vitaminas del complejo B.
¿Tiene la impresión de que todos los alimentos son cada vez menos nutritivos? Ya es hora de que dejen de tacharle de reaccionario: usted tiene razón. Es así.
Ciertos pesticidas podrían aumentar las tasas de autismo en los niños de la zona fumigada y provocar microcefalias en los bebés de las mujeres embarazadas.
Se han detectado microplásticos en varias especies de «interés comercial» de las costas españolas como pintarrojas, merluzas, salmonetes y bogas.
Al no pronunciarse los Organismos Oficiales, la CE ha aprobado diversos alimentos transgénicos destinados a la alimentación humana y animal.
La industria azucarera compró a científicos para minimizar el papel del azúcar en las enfermedades cardiacas y trasladar el foco hacia la grasa y el colesterol.
La incidencia de microcefalia en los Estados Unidos es mucho mayor que la de Brasil, y nuestros bebés no han padecido una infección por el Zika.
El dogma de que las grasas saturadas son malas para la salud se inventó hace 40 años. Pero las evidencias científicas independientes demuestran lo contrario.
Los perturbadores hormonales más peligrosos los tenemos en casa: productos para el hogar, para el cuidado personal e incluso en los alimentos y el agua.