España: colapso de hospitales
Con frecuencia la gripe colapsa hospitales. Pero, a diferencia con COVID, a nadie se le ocurrió destruir la economía e implantar un estado policial.
Con frecuencia la gripe colapsa hospitales. Pero, a diferencia con COVID, a nadie se le ocurrió destruir la economía e implantar un estado policial.
¿Será la «nueva normalidad» una forma de vida basada en el miedo, la sospecha y la sumisión al poder? Todo indica que sí.
El encierro y la «nueva normalidad» no matarán el virus, parte del ecosistema de la vida; matarán la libertad y los afectos naturales de la gente.
Entre el pánico, la incompetencia y los datos sin sentido que arroja la PCR, se ha creado la chapuza perfecta. Un gasto inútil más.
COVID-19 provoca poca mortalidad entre los profesionales sanitarios comparada con la de los demás adultos en edad de trabajar.
No proteger a los ancianos, cerrar escuelas y confinar a niños, fueron las acciones más irresponsables, destructivas y brutales del gobierno de España.
Miles de millones de personas se ven obligadas, paso a paso, a adoptar una forma de vida radicalmente diferente: medicalizada, subvencionada y sin libertad.
Del 75 al 90% de los infectados por coronavirus no tienen síntomas. Encerrar a la gente en casa es estúpido, porque es más seguro andar por la calle.
Los españoles cooperan con su gobierno, que los mantiene secuestrados, como corderos que van al matadero. Violencia consentida, sumisión cómplice.
Frente a los virus respiratorios, lo esencial es practicar la higiene de manos habitual y guardar la distancia social de cortesía. Todo lo demás es secundario.
Mientras en España todo se espera «de arriba», en Suiza se confía en que la responsabilidad individual conducirá a la responsabilidad colectiva.
Amamos al Gran Hermano. Argumento en contra del cierre del país, y algunos escuchan; pero es como si leyera poemas en ruso a una audiencia de koalas.
Las medidas contra la COVID-19 conducen a la autodestrucción y el suicidio colectivo. Son grotescas, absurdas y muy peligrosas.
Frente a la propaganda sobre COVID-19, los lectores despiertos se harán las preguntas correctas y hallarán las respuestas.